Quizás no sientas identificación con esta frase en el sentido estrictamente religioso. ¿Pero quién no tuvo en algún momento de su vida la sensación de que todo en el universo confabulaba para que eso, que era casi imposible que pasara, finalmente se diera? Siempre que me encontré frente a milagros de la vida sentí lo chiquitos que somos en el mundo y el poder de esos hilos invisibles que nos guían, a la vez.
Cuando uno está en los momentos de más desesperación y cree que no va a ser posible salir de eso, hay que acordarse de esta frase: los milagros suceden.
Hoy, a mis 34 semanas de mi embarazo pienso que tengo adentro mío un milagro. Esa parte de Seba que se encontró con esa parte mía y que ahora vive en mí. Queda ya poquito de ser uno los dos. Voy a extrañar no tenerlo. ¡Pero a la vez qué ansiedad y ganas de conocerlo! Las dicotomías de la maternidad.
¿Qué milagro sentiste vos últimamente?
Te leo.
Inés María Agosta 