A veces lo que queremos no es lo mismo que lo que necesitamos… y a veces el destino lo sabe mejor que nosotros mismos.
Hoy se cumplen 5 años desde que mi mamá recibió su nuevo corazón. Nunca me voy a olvidar de su cara llena de paz entrando al quirófano: estaba lista, ese tenía que ser el día. Todavía cuando lo pienso no lo creo. Supimos que era eso lo que ella necesitaba apenas unos meses antes, y fue un capítulo completamente nuevo en nuestras vidas. Más bien un libro entero.
Y es que a veces no llega lo que queremos pero sí lo que necesitamos, y eso es tanto tanto mejor. Porque les mentiría si les dijera que en ese camino de lista de espera no deseamos un milagro: que mamá se curara mágicamente y ya no fuera necesario el trasplante. Pero la realidad era otra y lo que llegó también fue un milagro, que nunca hubiéramos imaginado, pero el más perfecto de todos.
Donar órganos salva vidas. No es una frase hecha. Les juro, por experiencia cercana, que es una realidad. No solo la vida en sí del que es «salvado» sino también de todos los que tiene cerca. Mamá no tenía nietos cuando entró al quirófano 5 años atrás. Ahora tiene 6 y 1 más en camino. Y para ellos la infancia sin su abuela Caro jamás hubiera sido lo mismo. Todos los días agradezco el que se tengan mutuamente. Me llena de emoción verlos quererse. Y agradezco a ese ser generoso que le dio el corazón a mamá para que pudiera seguir viviendo.
En esta fecha tan especial, el 12 de diciembre, día de la Virgen de Guadalupe, te deseo que ella te de eso que tanto necesitás. Y hasta que te llegue, mientras la espera desespera, te deseo que tengas buena compañía para transitarlo. Porque la red de vínculos que te contiene es la que realmente no te va a dejar caer. Eso también te lo digo por experiencia @sebajsaez @roberto_agosta @lauragosta @bagostaarg @carolaagosta
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La segunda foto es de la celebración de hoy.
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Inés María Agosta 