
El nombre completo de este libro es «ikigai: Los secretos de Japón para una vida larga y feliz». Descubrí el concepto de «ikigai» gracias a @rosiestips y me pareció fabuloso. Como me pasa siempre que descubro algo sobre lo que quiero saber más, fui directo a buscar bibliografía. Así me encontré con este libro que se propone ahondar en esta filosofía japonesa para trasladarla a Occidente.
Pero ¿qué significa exactamente este témino? Es «la razón por la que nos levantamos por la mañana». El concepto de ikigai nace de la conjunción de lo que amamos hacer (pasión-misión), lo que el mundo necesita (misión-vocación), aquello por lo que pueden pagarnos (vocación-profesión) y aquello en lo que somos buenos (profesión-pasión). No se trata solamente de descubrir qué es eso que nos mueve, sino también de encontrar la manera de que se nos reditúe por eso (porque sino eventualmente podríamos perder el interés) y de que sea algo que marque una diferencia, quizás no en el mundo, pero al menos en nuestro entorno.
Pero los autores no solo explican y ejemplifican la importancia del «ikigai», también nos dan un panorama general sobre cuáles son los secretos que guardan las personas más longevas de Japón. El libro resume entrevistas e investigaciones que hacen a la idea general de qué es lo que nos ayuda a vivir mejor y por más tiempo. Como se imaginarán, el ejercicio físico es tan importante como el ejercicio de la mente. Mantenerse siempre ocupado pero en algo que nos guste hacer. Ninguno de los ancianos de más de 90 años entrevistados se quedaba sentado mirando la ventana. Todos fueron activos hasta el último momento, hasta sus 120 años en algunos casos. Comer bien y juntarse con buenos amigos son otras de las cuestiones que se resaltan en el libro. Aunque me encantó una de las frases que rescataron los autores: «La comida no alarga la vida, el secreto es sonreír y pasarlo bien».
Es muy difícil hablar de este libro sin que me quede la sensación de que estoy reduciendo su valor. Así en el aire los conceptos pueden parecer ya conocidos, clichés, poco originales. Pero les aseguro que en el camino que proponen los autores, todo esto cobra un sentido mucho más profundo. Es como si nos ayudara a que nos «caiga la ficha» realmente de cosas que quizás sabemos pero que igual, por alguna razón, no incorporamos en nuestro día a día. Creo que es un libro para tener siempre cerca, en todas las edades de la vida. Para consultarlo, repasarlo y releerlo cada tanto. Porque al fin de cuentas con él siempre vamos a recordar la importancia no solo de encontrar nuestro «ikigai» sino también de cuidarlo, enriquecerlo y darle su espacio. Porque no me imagino otra forma de ser auténticamente felices que siendo fieles a nuestra esencia. A veces «lo urgente no deja tiempo para lo importante» decían Quino y Mafalda. Este ese uno de esos libros que te ayudan a recordar qué es lo importante, aún en medio de tantas urgencias.