
En estos días en que palpitamos la reunión de #Friends, Lau de @zumpledistinto me planteó un muy buen tema sobre el cual escribir: la relación de amistad-amor entre Rachel y Joey. Se nota que es una verdadera fanática porque supo dar justo en el blanco de la que quizás es la única gran crítica que tengo para hacerle a mi amada sitcom.
¿Por qué me chocó que los guionistas idearan esta relación? Porque creo que con ella fueron en contra de los vínculos y las personalidades que venían construyendo de los dos personajes y además se alejaron bastante de su género.
Joey siempre fue un mujeriego y sus tres amigas lo sabían. La época en la que Mónica sale a escondidas con Chandler y piensan que en realidad ella está enamorada de Joey, Rachel directamente no puede comprenderlo. ¿Cómo pasamos de eso a que ella se enamore de él? Ese mismo mujeriego, que busca rommates que sean fiesteras, se termina enamorando de Rachel cuando está embaraza de su amigo Ross. Hasta el momento en que es Joey el que está enamorado, puedo llegar a entenderlo porque después de todo siempre demostró que no le diría que no a nada ni a nadie. Es cuando Rachel se enamora de él el verdadero punto de quiebre para mí. Los guionistas pretenden en uno o dos episodios acelerar las similitudes que se supone que tienen los dos personajes para acercarlos. Así ella, que siempre nos la mostraron como alguien lectora y más bien culta, termina riéndose con Joey por el término «homo sapiens».
Por otro lado, durante 8 temporadas Phoebe da a entender que algún día estará con Joey y es Ross el que está destinado a estar con Rachel. Sin ir más lejos en el capítulo piloto un Ross deprimido en el sillón del Central Perk dice «Solo quiero estar casado de nuevo» y ¿Quién aparece en la puerta del café vestida de novia? Claro, Rachel. Ahí se funda su relación y una de las líneas argumentales más fuertes e importantes de la serie.
No contentos con acercar dos personajes que nunca se hubieran acercado, los guionistas usan recursos que no son propios de una sitcom (comedia de situación) sino más bien de una telenovela para darle curso a esa relación. Eso sentí cuando vi las escenas en que Joey le cuenta a Ross que está enamorado de Rachel y cuando le declara a ella su amor. Y ni hablar del triángulo amoroso que se da en la clínica cuando Rachel acaba de parir y, por una confusión, cree que Joey le está proponiendo casamiento. Y acepta. Para después aceptar la propuesta de casamiento de Ross. Dramón.
Esto no es solo algo que no me gustó. Tengo que admitir que esta relación me hizo pensar que ya la estaban estirando demasiado. Por suerte se reivindicaron con un «felices para siempre» de Ross y Rachel para terminar la serie. ¿Lo único positivo de «Rachel & Joey»? El inolvidable «I’m fine!» de un Ross al borde del colapso.
¿Y ustedes qué piensan? Los leo.