Mis «mujeres puente»

Hoy a las 20:30 hs. arranca «Mujeres puente en vivo», esa sección de Instagram Live que vamos a hacer con Dani de @comunidadaha🙌 Y a raíz de esta iniciativa, y de la metáfora que encierra el «puente», estuve pensando mucho en quiénes fueron las mujeres que significaron puentes en mi vida.

Mi mamá, mi hermana y mis abuelas sin duda están a la cabeza. Con todas las herramientas que me dieron desde que nací ellas me acercaron a mil cosas, por lo que siempre les voy a estar agradecida. Pero tuve la suerte de encontrarme además con otras mujeres que en distintas etapas me tendieron puentes.

Por empezar Lucía Puppo, mi directora de tesis de Licenciatura en Letras. Con ella descubrimos terrenos de la literatura comparada que me permitieron fundar las bases de mi camino propio en la profesión. Nuestras charlas interminables en el Café Martínez de La Pampa, sobre Friends y sobre Teoría Literaria, dejaron una gran huella en mí. Fue, como siempre le digo, mi ángel de la guarda académico.

Después vino Adriana Franco en el Diario La Nación. Me acuerdo como si fuera ayer de nuestra charla en la redacción. Yo joven, sin experiencia como periodista, pero con mucha preparación y mucho entusiasmo. Ella debe haber apostado a mi sed de crecimiento porque me tendió un puente inmenso: me permitió escribir sobre música clásica y ópera, dos cosas que amaba, en la sección de Espectáculos del diario. Ese puente me abrió un mundo. Ya no sería lo mismo a partir de entonces: mi nombre acompañaba notas publicadas; empezaba a ser una escritora.

Siguió Mey Figueras, directora de la Revista Nubilis. Me asignó entrevistas a figuras muy interesantes, desde diseñadores de vestidos de novias hasta psicólogos especialistas en relaciones amorosas. Entrevisté a Rolón, a Pilar Sordo, a Benito Fernández, entre muchos otros. Conocí historias de vidas que me abrieron la cabeza. Cada edición de la revista parecía un libro de colección y el pecho se me inflaba cada vez que veía mis notas publicadas.

Y finalmente llegó Silvina Moschini, a la que muchos llaman «la dueña del primer unicornio rosa». Después de haber trabajado remoto para ella, la conocí personalmente en un café en DC. No sabía a dónde iba a virar mi profesión, pero ahí estaba ella (generosa, cálida, entusiasta) para tenderme uno de los puentes más importantes de mi vida. Hoy sigo siendo parte de su equipo como Expert Content Writer en SheWorks! y entre los grandes proyectos de los que participé estuvo el de la escritura del libro «El poder de poder: mujeres construyendo Latinoamérica» con PepsiCo Latam, que me hizo crecer como profesional, como persona y como mujer.

¡La pucha que me crucé con «mujeres puente»! Es cierto que también tuve «mujeres paredón»… Pero sobre ellas prefiero no hablar. Creo que de las experiencias feas hay que quedarse con las enseñanzas y desechar todo lo demás. En cambio, de las experiencias lindas, hay que seguir valorando todo de ellas aunque pase el tiempo y nunca dejar de agradecer.

Por eso… ¡Gracias, infinitas, a mis «mujeres puente»!

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