Hace un tiempo les conté que mi tesis de Licenciatura en Letras fue sobre la sitcom «Friends». Hoy te cuento una de las razones por las que me siento tan unida a la serie.
Se trata de algo tangencial. No es la principal razón por la que puedo ver #Friends una y otra vez, pero sí es algo que me da sensación de familiaridad y me acerca a su cosmovisión. Se trata del lugar que se le da a los libros.
Me encanta ver que empieza una escena y uno de los personajes está leyendo. Hoy seguramente muchas de esas situaciones serían reemplazadas por estar mirando el celular, aunque prefiero pensar que no. Hay algo de ese momento de lectura que para mí le da profundidad a los personajes. Será porque siempre que veo a alguien leyendo siento curiosidad por saber qué lee y qué le hace sentir. Es como espiar a la otra persona en un diálogo con su «yo» interior.
Además los libros fueron protagonistas de varios episodios muy buenos. En la tercera temporada Rachel y Joey se desafían a leer el libro favorito del otro, «Mujercitas» y «El resplandor» respectivamente. En la quinta temporada Phoebe invita a Rachel a su curso de literatura en el que analizan «Cumbres Borrascosas» y «Jane Eyre». Y uno de los gestos que más me conmovieron en toda la serie: en la cuarta temporada Chandler le consigue a Kathy la primera edición de su libro favorito «The Velveteen Rabbit»; el problema es que ella no es su novia sino la de su mejor amigo Joey 😱
Los libros también aparecen en su versión académica, como el que escribió Ross; de autoayuda, como el que comparten Mónica, Phoebe y Rachel para evitar que los hombres les saquen su «viento»; de libro infantil, como el que Joey interpreta para el cumpleaños de 1 año de Emma; de libro erótico, como el que Joey descubre en la cama de Rachel; de libro de consulta, como el que lee Phoebe durante su embarazo; y de novelas románticas como las que escribe la mamá de Chandler.
Inés María Agosta 