Este mes #CuentoConVos retrasó un poco mi #RetoDeLectura2020 pero aquí estamos con la reseña de marzo.
El objetivo de ese mes era leer una novela que hubiera sido escrita por una persona nacida el mismo año que yo. No fue fácil la búsqueda, pero gracias a un artículo periodístico sobre los 30 mejores autores jóvenes me topé con Carlos Fonseca, un escritor costarricense que, como yo, nació en 1987.
Elegí leer «Coronel Lágrimas», una novela corta que fue publicada por Anagrama en el 2015. Lo primero que me llamó la atención fue comprobar que el objetivo que había elegido para ese mes realmente me había aportado algo distinto; algo de su forma de escritura me hace sentir identificada en mi forma de escribir y solo me había pasado eso con la novela #MiMaridoYSuMujer de mi amiga @rosiestips. Quizás es solo coincidencia, quizás realmente tiene que ver con pertenecer a la misma generación.
Es una novela para leer de una sentada y con mucha concentración, para no perder los detalles simbólicos que abundan. El trabajo de investigación que hay detrás del libro, así como la elección a conciencia de cada palabra y del hilo conductor, es evidente y eso da gusto. A su vez requiere un lector igual de activo y un #Google al alcance de la mano.
En la novela se describe un día en la vida de un anciano matemático y se hace referencia continuamente a distintos aspectos de su pasado. El narrador involucra al lector en el relato, como si fuésemos todos testigos indiscretos de este personaje tan complejo y particular. Él nos dice qué cosas mirar y a qué prestar atención, como si nosotros tuviéramos realmente opción de mirar otros elementos de la escena distintos a los que él nos cuenta. Por esto, y por la minuciosa descripción de ciertos detalles del ambiente, es que me parece una novela muy cinematográfica.
Soy de las que creen que entre el lector y el libro hay muchas veces un hilo invisible que los une y los lleva a conocerse. Eso me pasó con «Coronel Lágrimas». Me pareció una hermosa ironía de la vida estar leyendo una novela sobre un hombre al que en varias ocasiones se lo describe como ermitaño justo en un momento en el que todos estamos experimentando el tener que quedarnos en casa por la #cuarentena. Algunas referencias sobre el paso del tiempo y las pequeñas acciones cotidianas me hicieron pensar mucho en el contexto que estamos viviendo hoy.
Celebro conocer autores nuevos. Creo que de hecho es el primer escritor de Costa Rica que leo. Celebro nuestra generación escritora y nuestra literatura latinoamericana.
El siguiente desafío, el de abril, me va a ayudar a escribir una de las historias de #CuentoConVos para la cual el disparador es una situación de thriller. Y es que, indudablemente, lectura y escritura no pueden dejar nunca de caminar a la par.
