Roma – Amor

Desde jardín de infantes hasta terminar la secundaria fui siempre al mismo colegio. Quedaba en la calle Roma. Debo haber caminado (o incluso corrido) las cuatro cuadras que separaban mi casa de mi colegio un millón de veces. Varios años después cuando estaba caminando por esa misma calle, le saqué una foto a su cartel  y con un efecto del celular lo di vuelta. El resultado era «Amor». La primera vez que descubrí que las mismas letras creaban dos palabras distintas según cómo se las leyera fue a los 7 años cuando me miré en el espejo con una remera que habíamos comprado en la mismísima capital de Italia.

La vida fluye, da vueltas, sube, baja. Gira como una rueda. Pero todo, absolutamente todo, se toca entre sí. Nunca, ni en el más hermoso de los sueños, podría haberme imaginado que ese juego de palabras iba a tener todavía un significado más importante para mí.

Hoy mi ahijada Roma cumplió 1 año. Luchó en la panza, luchó en Neo, y hoy nos regala su alegría y su dulzura en cada cm que crece, fuerte y sana. Nació junto con su hermana gemela Mora, con la que comparte las mismas letras que forman AMOR. Los papás eligieron los nombres, uno cada uno, sin darse cuenta de esa coincidencia. Aunque en el universo nada es «porque sí».

Esa calle que me vio crecer. Ese juego de palabras que aprendí. Todo confluye en esa mirada de mi ahijada, profunda y hermosa. En esa personita que voy a cuidar por siempre y a quien no me voy a cansar de contarle que cuando descubrí lo que significaba su nombre invertido me atrajo. Pero cuando la conocí a ella, me terminé de enamorar de él para siempre.

Gracias @kyg.comunicacion y @orcodrone por este gran privilegio.

Deja una respuesta