«Rec» de Fabricio Ballarini

Siempre me interesó leer sobre el cerebro humano. Y me gusta alternar lecturas de ficción con lecturas de otro tipo, como ensayos literarios, libros de crianza, biografías o, como en este caso, libros científicos aptos para todo público. Esto último es clave para asegurarme una lectura que pueda abordar y terminar, porque digamos que más allá de los intereses lo mío sigue siendo las letras. Y las estadísticas o los números suelen perderme por completo.

Ya no me acuerdo cómo empecé a seguir a Fabricio por Instagram. Pero cada vez que me aparece alguna publicación de él me resulta interesante. Es como un influencer nerd que contagia su vocación por la ciencia y la acerca a todos los que quieran escuchar. Cuando vi que su forma de comunicar era muy accesible, me animé a comprar su libro que ya de por sí me interpelaba «Rec: por qué recordamos lo que recordamos y olvidamos lo que olvidamos».

El prólogo de Mario Pergolini te ubica en la posición de lector atento y comprometido. Al estilo «elige tu propia aventura» te da un pantallazo de la riqueza de este libro y por qué tenés que frenarte para pensar si realmente querés leerlo. Si te animás a desconfiar de tu cerebro. Claro que con ese preámbulo más ganas me dieron de empezarlo.

Lo que más me gustó del libro es que, al entender cómo funciona nuestro cerebro, la memoria y el olvido, podemos aplicar ese conocimiento a la vida cotidiana para tener un día a día más consciente. Porque al fin de cuentas damos por sentado el poder contar con «la estructura más compleja del universo» y todo lo que ella nos brinda, pero deberíamos valorarlo cada segundo.

El texto teórico está entrelazado con «memorias cienfíticas» muy bien escritas que son relatos hermosos en sí mismos, y que ayudan a entender mejor eso que Ballarini está explicando. Se trata de recuerdos detallados de cómo él vivió el proceso de gestación y concreción de un proyecto que significó un puente entre la ciencia y la educación. También hay desafíos que interpelan al lector para que él mismo ponga a prueba su cerebro y reflexiones que te dejan pensando sobre distintos temas. Uno de ellos es la condena social que tiene la falta de educación, el no poder salir del círculo vicioso de las malas decisiones; la descripción de lo que genera fisiológicamente hablando el estrés en nuestro cuerpo; cómo la espiritualidad disminuye la ansiedad; la ceguera atencional en el auto (¿sabían que «Cuando un conductor habla por teléfono en el modo «manos libres» tiene el mismo nivel atencional que una persona alcoholizada con 0,8 gramos de alcohol en la sangre»?); y por último me encantó la sección «La música es el lenguaje del cerebro»: «El ritmo es sinónimo de vida, desde el latido de mamá en nuestra gestación hasta la velocidad uniforme de nuestros pasos, todo lo que nos rodea lleva una métrica determinada. Y es el silencio el más claro ejemplo de la muerte durante la ausencia del pulso cardíaco».

En definitiva, es un libro de fácil lectura con conceptos complejos que nos compete a todos porque en definitiva si estamos acá es porque estamos vivos, porque tenemos un cerebro que piensa, porque tenemos recuerdos y porque nos asustan los olvidos. Si te dan ganas de entender esos procesos, de la manera que nunca se nos explicó en el colegio porque todavía no había un Ballarini que creara ese puente con la ciencia, entonces te recomiendo mucho este libro. Después contame qué te pareció.

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