Muchos de los fanáticos de Friends deben saber que Matthew Perry publicó su autobiografía poco tiempo antes de morir. Lo que dudo que muchos sepan es que él mismo grabó la edición de audiolibro. Yo accedí a ella para adentrarme en ese bestseller y, les aniticipo, es desgarradora.
Escuchar a Matthew Perry hablar de su vida durante 8 horas es una experiencia única, inigualable y muy valiosa. Pone como nadie los tonos exactos en los momentos preciosos. En un género ya de por sí intimista como lo es el de la autobiografía, él logra colmarlo de emoción, de esperanza y de desesperación, casi en partes iguales.
Matthew empieza por el final contando la peor de todas las experiencias malas que tuvo cara a cara con sus adicciones y con sus problemas de salud producto de ellas. Después va hacia atrás para contarnos cómo fue su infancia, qué sintió con la separación de sus padres, cuáles fueron sus primeras amistades, etc. Va mechando con aspectos de su vida que, si bien tuvieron su germen en esos primeros años, florecieron en otros. Se nota que tuvo un acompañamiento editorial importante porque todo en el libro tiene que ver con todo, ningún detalle queda inconexo.
Obviamente, mi parte favorita fue cuando contó cómo ansiaba que le dieran el papel de Chandler en Friends. Dice que todo quien leyó por ese entonces el piloto de «Friends Like Us» (como iba a llamarse en un primer momento) sabía que tenía potencial. Él ya había quedado para trabajar en otra serie que no tenía una pizca que ver, así que ayudó a muchísimos amigos que quisieron audicionar para el papel de Chandler porque todos los que lo conocían sabían que era el papel ideal para él. Finalmente los astros se alinearon y el sexto integrante del ensamble fue confirmado.
El éxito de Friends fue directamente proporcional a la bola de nieve que se estaba forjando con su adicción. La única temporada de Friends en la que estuvo sobrio fue la 9na y fue en esa misma temporada en la que obtuvo su única nominación al Emmy. Pero él no quería que se lo recordara solo por su papel de Chandler. De hecho, escribió el libro para contar su historia de superación y para inspirar a otros a que salgan también de ese torbellino de las drogas y el alcohol. Lo cual hace todavía más desgarrador y más triste escucharlo ahora cuando él ya no está acá y su causa de muerte parece haber sido el alto consumo de ketamina.
El libro me hizo pensar en lo importante que es la salud mental como base para tener realmente una vida plena. Ni la fama, ni la plata, ni el entorno pudo salvar a Matthew del todo. Él de todas formas, hecho pedazos como estaba, supo dejar su huella. Supo hacernos reír y hacernos emocionar en esa vida paralela del estudio 24 de Warner Bros en la que logró todo lo que no llegó a lograr en su vida «real». Y además se tomó el tiempo para escribir todo eso que sintió y las experiencias cercanas que tuvo con Dios. Frases como “God is everywhere. You just have to clear your channel or you will miss it.” o «When somone does something nice for someone I see God.» me dejaron bien en claro que él era un creyente. El consuelo que queda después de leer (o escuchar) este libro es que la eternidad que esté viviendo sea exactamente como él la pensó.
Al final del libro Matthew nos dice «Love always wins. Love and encourgement. The most important things. I don’t move foward with fear anymore I move foward with curiosity.» Aunque eso quizás no haya sido cierto para él en sus últimos días, me parece un concepto muy rico. La curiosidad es mucho más valiosa de lo que imaginamos.
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