Este libro de cuentos me sorprendió para bien. Cada uno de ellos es una obra de arte en sí mismo, y me hicieron acordar a los grandes cuentos escritos por Borges o por Cortázar en los que no hay ni una palabra de más. Les parecerá exagerada la comparación, pero es cierta.

La autora logró en mí un doble sentimiento constante de identificación y extrañamiento a la vez. Por momentos sentía que estaba describiendo situaciones con las que yo podía empatizar rápidamente, y de golpe alguna acción o pensamiento de los personajes me hacía tomar una distancia que me resultó sumamente enriquecedora.

Otras cosas que más me gustaron de este libro fueron:

1. La sutileza y la profundidad de las situaciones que se narran, el realismo de los vínculos y la complejidad de los personajes.

2. La presencia del realismo mágico latinoamericano en la incorporación de los sueños como presagio o como refugio. También en el rol que cumple el bosque, de cierta forma onírico también, como un ambiente alejado y contrario a la realidad en otros.

3. La forma en que en ciertas historias (ej. en «La puerta rosada» o «La vida en otro lugar») se muestra el paso del tiempo.

4. Me pareció muy interesante la constante de representar el vínculo madre/padre-hijos, como irrompible y frío a la vez.

5. La presencia del dolor en la infancia, etapa que muchas veces se nos presenta idealizada: el llanto contagioso por las noches o el ser testigo indeseado de las continuas peleas entre los padres.

6. La presencia de la pandemia, lo que dejó en nosotros y la visión de ciencia ficción hacia lo angustiante de un futuro signado por eso (como ocurre en «El sopor»).

Me es difícil elegir un solo cuento. «La impronta» me pareció excelente para romper el hielo. Uno, como lector, se da cuenta de cómo viene la mano de las historias que va a leer. «La puerta rosada» me pareció impecable por la forma en que la autora te hace sentir exactamente lo que expermienta el protagonosta, te pone en situación de un matrimonio frustrado y te va llevando a pensar que al final la vida del protagonista era más meritoria de alegría de lo que creía. La desesperación, el cansancio, el arrepentimiento.

En definitiva, los invito a recorrer este libro de cuentos cuyas historias generan una cuota justa de angustia para llevarte a una profunda reflexión.

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