El ritmo en que los pensamientos del anciano Baumgartner se unen entre sí requiere de una lectura presente, atenta, no dispersa. Paul Auster parece decirnos «frenen sus vidas caóticas del siglo XXI y presten atención a lo que sucede dentro de la mente de este ser humano». El tiempo transcurre casi sin que nos demos cuenta: de un momento al otro pasó un año y medio y lo sabemos por el desarrollo de ciertos vínculos y por elementos tan pequeños como claves de la vida cotidiana.
Esta fue la última novela que publicó Paul Auster antes de morir. En ella se ve el trabajo del escritor, de la mente creativa, el dejar obras inconclusas, el rescatar la voz de quien ya no está, la relación con los lectores, el por qué de la existencia, etc. Son muchos los temas que se tocan y, sin embargo, es difícil seguirle el ritmo. Tal como sucede en la cabeza de una persona, los pensamientos se entrelazan, toman potencia y se dispersan, mientras el personaje sigue mirando el contraste de las nubes blancas y el cielo celeste, por ejemplo. En el medio nos deja obras dentro de la obra. Ensayos, reflexiones, poesías. Nos hace pensar en los vínculos sanos y en la crueldad de ciertos seres humanos. Nos hace ponernos en el lugar del otro, sentir bronca, sentir pena. Como quien no quiere la cosa, nos cuenta con sumo detalle una experiencia morbosa. Se va del género para impresionarnos y después nos trae de nuevo consigo.
¿Qué nos quiere decir Paul Auster con este personaje? ¿Es su alter ego, es su legado, es su forma de ver la existencia de alguien que se dedica a escribir? ¿Quiso que fuese difícil seguirle el ritmo? ¿Fue intencional? ¿O simplemente nos hace dar cuenta de que, para atraversar la inmensidad interior de otro ser humano, tenemos que estar cien por ciento en el momento, sin distracciones ni mayores razonamientos?
No estoy segura de que esta novela sea para todo el mundo. Mi gran recomendación es: intenten leer las primeras páginas para ver cómo resuena en ustedes. El tono y el ritmo se mantiene idéntico en las otras 260. Así y todo, creo que es una linda novela, con pequeñas reflexiones que me llevan a pensar: qué lindo que es vivir conectando con los demás, aunque esos «demás» ya no estén.
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