«No hablemos más de amor» de Hervé Le Tellier

Spoiler alert: más allá de lo que diga el título, la novela habla de amor. Pero el estilo de Le Tellier es tan único que uno siente como si ciertos aspectos del amor los estuviera leyendo por primera vez.

«No hablemos…» cuenta dos historias de amor que tienen algunas similitudes (las mujeres de ambas historias rondan los 40, están casadas con otros hombres y son madres) pero también muchas diferencias. Cada capítulo lleva el nombre del personaje del que se seguirá contando su historia y así el autor va armando un gran rompecabezas, cuyas piezas (como es propio de un escritor que además es matemático) están sumamente pensadas, son únicas e irremplazables.

No leas a Le Tellier si sos un lector perezoso. El autor necesita de alguien atento a los detalles que pueda conectar todas las historias y darle sentido a cada una de las frases que eligió para el libro. Pero tampoco te imagines por eso que la lectura va a ser difícil, al contrario. Esta novela te atrapa a tal punto que pienso que es a ella misma a quien se refiere el autor en uno de los fragmentos que más me gustaron del libro: «Hay obras tan luminosas que nos hacen sentir vergüenza de la pobre vida a la que nos resignamos, que nos suplican que llevemos otra, más sabia y más plena, obras tan poderosas que nos proporcionan coraje, nos intiman a emprender cosas». Esta es, sin dudas, una de las funciones más hermosas que tiene para mí la literatura. Cuando un libro nos despierta ganas de algo (en mi caso, ganas de escribir una obra con este nivel de entramado y profundidad) es como si ya hubiera dejado en nosotros su semilla más importante.

A lo largo de la novela el autor no juzga a los personajes. El amor aparece para los protagonistas de una forma y en un tiempo impensados. Las pequeñas descripciones de los distintos pasos que van dando las relaciones, la conexión con el pasado de cada uno, los otros personajes involucrados, etc., están tan bien logradas que uno como lector va transitando las historias de forma amena pero dándole lugar a reflexiones más profundas. Me encantan los libros que logran la unión de esos dos factores de los que, en definitiva, también está hecha la vida misma.

Pero hay algo que sin dudas me pareció lo más original del libro y es la forma en que se nos presenta un monólogo interior. Uno de los personajes está presenciando una charla del que sospecha es el amante de su mujer. En ese momento la página se divide en dos columnas: en una se nos presenta el discurso de quien está dando la charla; en la otra, el pensamiento del otro personaje, que, para darle aún más verosimilitud, no tiene signos de puntuación. Es, literalmente, el fluir de la consciencia. Me gusta mucho cuando la literatura se une con el universo audiovisual; y es que es muy fácil imaginar ese capítulo como si se tratase de una escena de una película o de una serie.

Recomiendo mucho este libro. Para los que lean de vez en cuando; para los que amen leer; para los que quieran llevárselo a la playa; para los que busquen una compañía en el día a día. Vale para todos. Porque al fin de cuentas, ¿no es el amor el sentimiento más universal?

Para comprar el libro: Busca Libre – Editorial Seix Barral


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