Quizás no soy parámetro, porque les leo a los chicos desde que están en la panza y recuerdo que cuando Joaco era bebé y yo recién empezaba en esta aventura de la maternidad, le leía en voz alta lo mismo que yo leía para mí, por ejemplo, los cuentos de Oscar Wilde. Con el tiempo me fui perfeccionando en esto de acompañar su crecimiento con los libros y hoy se podría decir que tenemos una hermosa biblioteca infantil en casa (o varias si tomamos en cuenta que hay decenas de libros abajo y otros tantos en cada habitación).
Tengo tres hijos muy chiquitos (Joaco de casi 6, Rafa de 4 y León de 10 meses) con lo cual es muy probable que de acá a un tiempo tenga otros títulos para recomendar. También quiero agradecer a los padrinos y amigos que también fueron parte del enriquecimiento de estas bibliotecas.
Acercarles la literatura a los chicos siempre es una buena idea. Cuando son chiquitos es clave recurrir a lo que les llame más la atención (texturas, sonidos, etc.). Para la etapa bebé me encantan los que son chiquititos y de cartón, que caben en sus manitos y obvio terminan en la boca. A medida que van creciendo la clave es captar su atención leyéndoles sobre cosas que les gusten mucho: por aquí hemos pasado por colores, animales, transportes, dinosaurios y hoy podríamos resumirlo en «Messi», aunque por suerte todos los otros también siguen vigentes. Pero si tengo que llegar a una conclusión después de 6 años de coleccionar libros para chicos, tengo que decir que no hay nada tan valioso como la rima.
Dicho todo esto te paso mis recomendados:
- «Pumbalalá» de Karin Vogel – Ya le dediqué un post completo.
- «Colores» de Julia Donaldson y Axel Scheffler.
- «Menudos bichos» de Estrella Ortiz y Carmen Saldaña.
- «El topito que quería saber quién le había hecho aquello en su cabeza» de Werner Holzwarth y Wolf Erlbruch.
- «Aquí estamos» de Oliver Jeffers.
- «Vamos a la selva» de Didi Grau y Loreto Salinas.
- «El nogal de Joaquín» de Viviana Rivero
- «Rimas para peques» de María Julia Rodríguez.
- Y nunca puede faltar la mitología y los clásicos. En este caso elegí uno de los preferidos de los chicos estos últimos días que, aunque no lo puedan creer, era mío de cuando era chica: «El caballo de Troya».
Me imagino que los entendedores del rubro se deben estar mordiendo la lengua para recomendar muchos más. Adelante… los leo.
Deja un comentario